Tal vez estás de vacaciones y tienes cerca de tu hotel o apartamento un centro de talasoterapia, y te has planteado acercarte. Pero, ¿sabes qué te ofrecen? El boom de los spas no ha pasado de largo frente al mar: los centros de talasoterapia se multiplican y convierten en una alternativa de salud y belleza cada vez más apetecible. Sin embargo, muchos establecimientos se califican de “talaso” sin serlo realmente. Según la normativa francesa (referente de la europea, ya que no existe una regulación específica en nuestro país), para ser considerado centro de talasoterapia (frente a aquellos que ofrecen tratamientos con agua de mar) ha de estarse a un máximo de tres kilómetros de la costa y usar agua de mar “viva”, es decir, procedente directamente del mar y renovada constantemente.
Y es que los expertos consideran que no sólo el efecto mecánico del agua (la presión sobre el cuerpo) ni su acción por ósmosis (es decir, la penetración de sus activos a través de la piel) han de tenerse en cuenta. No se puede olvidar el efecto sedante de la vista, el sonido y el olor del mar, ni la acción de las microgotas de agua que se encuentran en suspensión en los ambientes marinos y que se aspiran a través de los pulmones con cada respiración. Aunque no hace falta experto alguno para saber que sólo ver y percibir el mar cerca eleva hasta los ánimos más tristes… ¿Te animas?
Talasoterapia: las bondades del agua del mar
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