domingo, 19 de agosto de 2012
Láser CO2, lo último para sacar las arrugas
El descubrimiento de nuevas tecnologías permite que, en la actualidad, sea posible quitar años y marcas de la piel tras una sola sesión, sin cirugías y con efectos duraderos.
La llegada al mercado de nuevos equipos de láser CO2 fraccionado más potentes permitió lo que hasta hace poco parecía inalcanzable: tratar eficazmente y en forma segura arrugas, líneas de expresión, cicatrices, manchas y marcas de acné, devolviendo la tersura, brillo y tono de la piel joven en rostro, cuello, escote y manos.
A diferencia de cirugías de estiramiento (‘liftings’) y otras técnicas, este método logra que el tejido se regenere y se renueve en forma efectiva, tensando la piel.
La doctora Irene Bermejo, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), explicó que “lo que se busca en el paciente que tiene arrugas, años y manchas, con queratosis actínica (lesiones causadas por el sol), son resultados naturales, que den una apariencia rejuvenecida pero no artificial. Con el láser CO2 fraccionado se repara el fotodaño; genera una enorme cantidad de colágeno; reposiciona las facciones, minimiza e incluso hace desaparecer arrugas y finas y profundas, y queda una piel de porcelana”.
El procedimiento consiste en aplicar láser CO2 fraccionado (dividido en decenas de puntos o ‘píxeles’) en las zonas a tratar (rostro, cuello, escote y manos), bajo anestesia tópica. El láser actúa por calor, renovando la epidermis, ya que obliga al tejido a regenerarse.
La piel nueva, sana y radiante reemplaza al tejido dañado en tiempo récord, y el proceso continúa durante los 6 meses posteriores al tratamiento, lo que mejora la superficie y la tensión de la dermis. Se reducen arrugas, manchas y cicatrices, y el paciente luce un aspecto natural, “una versión más joven de sí mismo”, destacó la dermatóloga, quien ejemplificó que “una paciente de 80 años que no se haya operado logra tensión y pulido. Si la caída del rostro es más importante requerirá una segunda sesión. El láser tensa el tejido (por ejemplo, reposiciona al pómulo), y respeta las facciones, los rasgos de la cara”.
El innovador equipo iPixel CO2, de Sirex Médica, está especialmente indicado para tratar arrugas de rango medio a profundo, líneas y cicatrices, sin necesidad de intervención quirúrgica. Además, reduce los poros abiertos y elimina manchas y efectos del exceso de sol, devolviéndole a la cara el tono, brillo y textura de una piel joven. Se puede utilizar tanto en adolescentes con cicatrices de acné u otras, como en personas de edad mediana y avanzada que sufren envejecimiento, manchas y lesiones causadas por el sol, seborrea, arrugas, manchas y deterioro cutáneo. Puede ser empleado también como complemento de los liftings, toxina botulínica y rellenos.
Con respecto a otros tratamientos, una de las diferencias clave es que con este método no sólo se tensa la piel, sino que además ésta se regenera. “Cabe aclarar que la única técnica transformadora, que modifica biológicamente la dermis y que quita años de edad a la piel envejecida, es el láser”, detalló Bermejo.
A diferencia de otros láseres, que se aplicaban en toda la superficie, el láser fraccionado concentra su potencia sobre mínimas porciones del tejido, gracias a lo cual se acelera la recuperación, estimulada por el tejido circundante intacto. Mientras los tratamientos de resurfacing tradicionales exigen varias sesiones y reposo de hasta un mes, con esta tecnología los resultados son visibles en apenas tres a siete días, y requieren de sólo una sesión.
“Este láser CO2 fraccionado, que es el más potente del mercado, ofrece un amplio rango de posibilidades. A los cinco a siete días queda una piel tersa, más tensada y lisa“, indicó la doctora Bermejo, quien concluyó: “Estos efectos son duraderos; según mi experiencia, aún dos años después del tratamiento se mantienen, algo que es muy difícil de lograr con otras técnicas”.
Cómo actúa
La piel tiene sus propios mecanismos para protegerse de agresiones y lesiones, tales como el proceso de cicatrización, que permite regenerar el tejido dañado. Desde hace miles de años se emplea esta propiedad para devolver brillo y juventud al tejido: máscaras abrasivas, peelings y múltiples tratamientos que eliminaban las células superficiales estimulando la producción de piel nueva. No obstante, sólo la tecnología de láser fraccionado pudo lograr que esta acción fuera realmente profunda y duradera, ya que combina potencia, precisión y seguridad.
Con el iPixel CO2, el láser se divide en múltiples haces de igual tamaño que penetran la epidermis por pequeños canales térmicos, produciendo una vaporización o microherida, sin afectar al tejido circundante. Sólo se afecta un 15 a 20% de la zona a tratar, mediante “puntos” o “píxeles” de tejido que deberán producir gran cantidad de colágeno para recomponerse. El tejido intacto, no dañado, del área de tratamiento potencia la curación de la piel dañada y agiliza la recuperación del paciente.
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