miércoles, 27 de febrero de 2013
Dietas depurativas
Es común que durante las vacaciones, fuera de casa, realicemos algunos desajustes en la alimentación. Para “equilibrar” el cuerpo luego de los excesos, un plan alimentario de cinco días
Hay alimentos que combinados producen un efecto altamente depurador del hígado y del intestino. La manzana es uno de ellos.
La licenciada en Nutrición Patricia Robiano (MP 2220 / MN 3158) autora del libro Mentes delgadas, cuerpos saludables dio a Infobae un plan alimentario de cinco días, una fórmula muy básica y efectiva para hacer una “depuración hepática”.
El consejo consiste en cinco días de una alimentación ligera, es decir, con los alimentos y las bebidas que sean habituales para cada uno, pero quitando picantes, alcohol y alimentos demasiado procesados e industrializados.
“El beneficio que aportará es ni más ni menos que bienestar general ya que partiendo de un hígado limpio y una secreción biliar óptima, todas las toxinas, cálculos, bacterias, parásitos y demás organismos y sustancias perjudiciales se pueden eliminar mejor por nuestro cuerpo”, detalló Robiano acerca de las bondades de la dieta.
La especialista explicó que “mediante las depuraciones hepáticas el cuerpo comienza un período de eliminación de toxinas, parásitos y cálculos, entre otros, por lo que es normal, en esos días, sentir la necesidad de comer muy liviano, evacuar más de lo acostumbrado e incluso puede que se levante alguna línea de fiebre pasajera”.
Tras asegurar que “todos estos síntomas son poco frecuentes en las depuraciones para principiantes como esta”, destacó que “en las depuraciones más profundas siempre se recomienda estar supervisados por un médico que maneje depuraciones habitualmente”.
Acerca de cómo se sentirá la persona luego de esta dieta, Robiano resaltó que “una vez terminada la depuración, la persona se siente con mucha más vitalidad y concentración general, además de mejorar e incluso revertir estados de enfermedad relacionados con la falta de depuración del cuerpo como lo son ciertas anemias crónicas, algunos grados de osteoporosis, hígado graso, triglicéridos elevados, mala digestión, mala absorción de vitaminas, etc”.
Consultada sobre quiénes deberían realizar una depuración, Robiano aseguró que “la depuración hepática e intestinal para principiantes pueden realizarla todas las personas mayores de 15 años que se encuentren con un buen estado de salud previo y que deseen mejorar su energía y actividad interna”, en tanto aclaró que “no está recomendada en embarazadas, casos de enfermedad puntual con fiebre, problemas digestivos inflamatorios y demás procesos de enfermedad agudos, hasta que la situación se revierta”.
En qué consiste
Para realizar la depuración hepática primero se debe tomar la mezcla del jugo de un limón exprimido diluido con la misma cantidad de agua, más una cucharadita de aceite de oliva en ayunas durante cinco días.
Luego tendrá que comer, además de sus comidas habituales, manzanas de la forma que desee (rallada, en licuados, fresca…. pero no cocida):
El 1º día: 500 gramos de manzanas (aproximadamente 2 unidades grandes)
El 2º día: 1 kilo de manzanas
El 3º día: 1,5 kilos de manzanas
El 4º día: 1 kilo de manzanas
El 5º día: 500 gramos de manzanas
Además, intente beber abundante cantidad de agua esos días.
Para saber
El hígado es el mayor órgano y depurador de todo el organismo. Con un hígado inflamado, graso, tóxico o con malestar es imposible sentirse bien. Los restos de alimentos ingeridos necesitan depurarse por vía hepática para luego eliminarse por vía renal e intestinal.
El problema es que el consumo constante de bebidas y alimentos impide que el cuerpo pueda centrarse en la depuración y desintoxicarse solo, y por eso ayudarlo mediante estrategias alimentarias es de gran utilidad.
La depuración genera grandes beneficios. Fundamentalmente mejora la inmunidad, la circulación, el almacenamiento del hierro y ciertas vitaminas fundamentales, favorece el metabolismo de los nutrientes (entre ellos evita que la grasa se acumule y almacena mejor los glúcidos necesarios para mantener el azúcar en sangre en equilibrio) y aumenta la sensación de “liviandad” y bienestar general.
El modo de depurarse comienza desde la mañana, cuando la mezcla de jugos cítricos y aceite de oliva estimulan la vesícula biliar (o el reservorio biliar en caso de extracción de la vesícula) lo que la hace más eficiente para la digestión de las grasas. Las semillas utilizadas van mejorando el bolo fecal actuando como depuradores intestinales también, el agua favorece la excreción renal de toxinas y las manzanas, clave en ésta depuración -mediante el ácido málico que contienen- actúan en el hígado ayudando al ablandamiento inicial de pequeños cálculos para que puedan ser movilizados y despedidos fácilmente.
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