lunes, 16 de enero de 2012

Cómo cuidarse del sol

La hora más peligrosa de exposición al sol es entre las 11 y las 17. La población con mayor riesgo de sufrir quemaduras y daños son: los niños, los pacientes con biotipo cutáneo uno, es decir personas de piel muy blanca que se enrojecen a los 15 minutos de estar bajo el sol, y las personas de piel muy oscura que al no sentir el efecto del sol se exponen sin los cuidados necesarios y también son los mas propensos a padecer cáncer de piel.

Los efectos de los rayos UV son acumulativos en la dermis, de ahí que muchos pacientes comienzan a presentar manchas en la piel, lunares nuevos, o crecer por los efectos del sol lo mismo que las manchas cutáneas. En algunos casos muchos de esos efectos llevan a la degeneración tisular provocando cáncer, así como diferentes grados de quemaduras, que suelen dejar la piel extremadamente sensible. También genera las típicas alergias solares.

Es de destacar, que existen innumerables medicamentos que llamamos fotosensibles, que el paciente sin saber los consume y luego se desencadena una reacción eritematosa en toda la piel del cuerpo, que en muchos casos terminan en manchas cutáneas, como ejemplo de esto puedo citar los anticonceptivos orales y determinados antibióticos.

También existen en el mercado comprimidos que favorecen la aceleración del bronceado, ricos en betacarotenos, que es un excelente antioxidante pero no se recomienda su uso en pacientes fumadores ya que los betacarotenos provocan un efecto prooxidante a nivel de los alvéolos del pulmón.

Lo importante a la hora de tomar sol es tener la piel bien hidratada. Existen tratamientos de pulido corporal para antes de exponernos al sol, cremas hidratantes que mantienen la humedad de la piel, agentes bronceadores con distintos factores de protección solar, dependiendo del biotipo cutáneo del paciente, cremas post solares ricas en vitamina C, A y E y derivados de fotoquímicos que hacen que la piel no sólo se mantenga humectada e hidratada sino que también impiden los procesos dañinos que puede provocar el sol.

Una vez establecido el fotodaño o fotoenvejecimiento, existen tratamientos para recuperar esa piel que perdió no la elasticidad y la firmeza, así como pudieron haber aparecido manchas y macro y micro arrugas.

Los tratamientos de recuperación se van a realizar dependiendo del daño que presente el paciente. Como ejemplo se puede citar:

Mesopeeling: es la combinación de ácidos para estimular la formación de colágeno y elastina, aclarar las manchas faciales, y la mesoterapia según arte medico puede estar compuesta de ácido hialurónico, vitamina C, oligoelementos y sustancias tensoras.
Radiofrecuencia: por medio de ondas de radiofrecuencia, logramos estimular el fibroblasto, que es la célula encargada de fabricar colágeno y elastina, y a su vez, desde la primera sesión el colágeno vuelve a su estructura helicoidal provocando un efecto de lozanía y tensión de la piel.
Luz pulsada intensa: no sólo provoca un micropeeling sino también combate la dilatación de las venitas faciales que se dilatan por el efecto del calor y ayuda a remover las manchas oscuras y profundas.

Todo esto se acompaña con terapéutica por vía oral, con complejos antioxidantes que trabajan a nivel del organismo completo y por consiguiente su efecto se traduce en la piel.

La conclusión podría resumirse en que antes de la exposición solar conviene tener en cuenta el uso de buenas cremas con el factor de protección indicado según el tipo de piel del paciente. Si esa crema no es a prueba de agua se recomienda colocarla antes de la exposición y luego cada dos horas, beber mucho líquido, consumir jugos de frutas y vegetales. Por último es de suma importancia el uso de anteojos de sol de excelente calidad ya que lo mismo que el sol provoca en la piel lo hace en los ojos.

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