lunes, 13 de septiembre de 2010

Spas urbanos

Mediados de septiembre, las vacaciones tan lejos que sólo las recordamos cuando volvemos a ver las fotos en la cámara, la rutina totalmente instaurada en nuestras vidas. Si no quieres que se te haga demasiado cuesta arriba el mes, vamos a darte una sugerencia: ¿por qué no concederte un capricho y realizar una escapada a un spa urbano? Nada mejor para comenzar el curso que dedicarse un día a disfrutar de los placeres del agua, el masaje y salir más guapa y energética. No te pierdas nuestros consejos para disfrutar al máximo de la experiencia.

Para disfrutar al máximo la experiencia relajante hay que ir con tiempo. No sirve de nada trasladar nuestra aceleración y prisas de cada día a una experiencia que ha de ser calmada.
Se recomienda llegar con al menos quince minutos de antelación al spa. De este modo se pueden disfrutar más las zonas de relax.
Fuera móvil: en estos espacios los sonidos molestos están ¡muy! mal vistos.
Si se ha reservado un tratamiento de estética y se anula sin avisar al menos 24 horas antes, los centros tienen derecho a cobrar ese servicio.
En los spas suministran toallas, pero no siempre zapatillas o gorros de baño. Ante la duda, es mejor llamar para preguntar cuáles son los requisitos y que se ofrece en las instalaciones.
Los circuitos de aguas son especialmente recomendables para personas con trastornos circulatorios, problemas respiratorios (especialmente el hammam y la terma) y con dolores en las articulaciones. Son además una terapia antiestrés tan agradable como sencilla de practicar.
Las personas con problemas cardiacos o con la tensión muy baja deben evitar la sauna, al igual que las embarazadas. El feto no puede refrescarse a través del sudor, y tanto calor puede ser perjudicial para él.
No conviene quitarse las zapatillas de piscina: si bien estos sitios suelen estar muy limpios, eso no es garantía de no poder contagiarse unos hongos.
No se deben realizar los circuitos tras una comida copiosa. Los cambios de temperatura extremos pueden provocar cortes de digestión.
A los niños mayores de nueve años les puede divertir mucho realizar un circuito de aguas: puede ser un forma diferente de pasar tiempo con ellos.
Si se ha reservado algún tratamiento corporal o facial, es preferible hacerlo tras el circuito de aguas, ya relajada y descansada. Los efectos serán más notables.

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