domingo, 15 de julio de 2012
El estrés y las enfermedades digestivas
“El estrés es un factor fundamental en las enfermedades funcionales del aparato digestivo. En algunos casos puede tratarse de diarrea, en otros de constipación, intestino irritable, pesadez o sensación de hinchazón. En todos ellos tiene injerencia el estrés”, subrayó Luis María Bustos Fernández, ex Secretario General de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) y director del Instituto de Gastroenterología.
A su vez, Claudio Bilder, actual presidente de la SAGE, coincidió con esos conceptos y remarcó que “cada vez hay un correlato mayor entre el medio ambiente y el individuo que sufre estas patologías digestivas“.
Durante una rueda de prensa de la que participaron ambos médicos, Bustos Fernández subrayó que en marzo pasado se realizó en la cuidad de Evian, Francia, el “Gut Microbiota for Health First World Summit”, donde científicos de todo el mundo debatieron sobre la importancia de la microflora en la salud del aparato digestivo.
“Uno de los temas principales de la reunión fue la fuerte relación entre el estrés emocional y la microbiota intestinal. Se planteó la posibilidad de la utilización de prebióticos y probióticos en la terapéutica de las molestias funcionales digestivas”, señaló con respecto a las conclusiones de ese encuentro.
Según los especialistas, en el tracto gastrointestinal habitan millones de células microbianas, con más de mil tipos de bacterias distintas, mayormente en el colon.
“Las bifidobacterias y los lactobacilos son considerados bacterias promotoras de la salud. Promueven la digestión de nutrientes, reducen la diarrea y la constipación; producen resistencia a las infecciones y reducen las condiciones de inflamación en los intestinos”, añadió Bustos Fernández.
La Organización Mundial de Gastroenterología (OMGE), una federación de más de 100 entidades que representan a más de 50 mil médicos de todo el mundo, y de la cual forma parte la SAGE, lanzó este año la campaña mundial denominada “Cuidá tu Bienestar Digestivo”.
La campaña tiene el objetivo de generar “mayor conciencia, conocimiento y manejo de la salud digestiva“, por lo cual propone una serie de recomendaciones, entre ellas, consumir alimentos con más frecuencia y en pequeñas cantidades sin aumentar el consumo general de calorías, no saltear el desayuno, no comer en cantidad por las noches, consumir alimentos ricos en fibra, cinco porciones de fruta y verdura por día, granos y legumbres, y comer pescado entre 3 y 5 veces por semana.
También se plantea reducir la ingesta de alimentos ricos en grasa animal, comidas grasas y fritos, consumir productos lácteos fermentados con probióticos con el beneficio comprobado de que mejoran la salud digestiva, y optar por comidas magras como pollo, pavo, conejo o cortes magros de bife, cerdo o cordero.
En la misma línea, recomiendan beber dos litros de agua por día, disminuir el consumo de bebidas ricas en azúcar, cafeína o alcohol y llevar un “estilo de vida saludable”, que incluya hacer ejercicio regularmente y no fumar.
Fuente: NA
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