viernes, 5 de junio de 2009

¿Cómo prevenir la depresión?

Un reciente estudio reveló que un programa sencillo de psicoterapia ayuda a prevenir la enfermedad en los jóvenes con más riesgo de desarrollarla. "Tener un padre o una madre que haya padecido la patología incrementa entre dos y tres veces las posibilidades de que los descendientes la sufran", aseguran


Problemas en las relaciones personales, disminución en el rendimiento escolar y riesgo de caer en las drogas o, incluso, de suicidarse son las primeras consecuencias asociadas a la aparición de episodios depresivos en la adolescencia. A más largo plazo, alcanzada la edad adulta, la enfermedad puede cronificarse.

Según publicó el diario El Mundo, hasta un 15% de los menores españoles padece depresión. Pese a los grandes progresos realizados en el tratamiento de esta enfermedad mental (en menores, los porcentajes de respuesta positiva a la terapia de un episodio grave y de remisión de la patología se sitúan en el 60% y en el 30%, respectivamente), sólo un 25% de los afectados recibe tratamiento, mientras que otro 20% es 'resistente' al mismo.

Las buenas noticias llegaron de parte de científicos de la Universidad Vanderbilt, en Tennessee (EEUU). Según ellos, un programa sencillo de psicoterapia ayuda a prevenir la enfermedad en los jóvenes con más riesgo de desarrollarla, tal y como acaba de poner de manifiesto un nuevo estudio publicado en el último The Journal of the American Medical Association (JAMA).

Judy Garber es una de las autoras principales del estudio y aseguró que "la terapia cognitiva de comportamiento no sólo es efectiva para prevenir la depresión sino que además podría darse a todos los niños con altas posibilidades de desarrollarla. El desafío está en cómo pagar este servicio".

Los menores a los que hace referencia la doctora Garber son aquéllos cuyos padres padecen el trastorno o los que tuvieron algún episodio previo. "Tener un padre o una madre que haya padecido la patología incrementa entre dos y tres veces las posibilidades de que los descendientes la padezcan también", reza la investigación, liderada por Judy Garber.

En la investigación participaron cuatro centros sanitarios norteamericanos y 316 adolescentes de entre 13 y 17 años que bien tenían padres afectados por la enfermedad, bien habían sufrido algún episodio depresivo previo o, simplemente, tenían síntomas de la patología.

"Mientras que un grupo recibió un programa preventivo de terapia cognitiva del comportamiento que se impartió en ocho semanas con sesiones de 90 minutos, el otro recibió la atención tradicional. En este estudio, el cuidado habitual hace referencia a cualquier servicio que los participantes decidieron recibir. Dado que en el momento del inicio del trabajo los adolescentes no estaban deprimidos, muchos de ellos no recurrieron a ningún tipo de servicio", insiste la doctora Garber.

Dejar atrás el sufrimiento
Pasados seis meses, y tras evaluar mediante cuestionarios y entrevistas personales el estado anímico de los adolescentes, los autores del trabajo decidieron asignarles a nuevas sesiones de psicoterapia o a los cuidados normales, en función de si habían desarrollado o no síntomas depresivos. No obstante, los datos constatan que la incidencia de nuevos episodios depresivos fue de un 21% en el grupo de psicoterapia en comparación con el 32% de los que siguió la atención tradicional. Asimismo, los menores que participaron en las sesiones reconocieron sentirse mejor que aquéllos que no formaron parte de este grupo.

Para Judy Garber, "los resultados son muy positivos, aunque debemos destacar que en los chicos y chicas cuyos padres padecían depresión la prevención de la enfermedad con el uso de terapia cognitiva no fue tan eficaz".

Las investigaciones futuras podrían encaminarse a averiguar si "este tipo de programas también pueden resultar eficaces para los padres. Habría que hacerlos llegar a los lugares donde las familias suelen acceder más a los servicios de atención primaria con el fin de poder comprobar la verdadera efectividad de la psicoterapia".


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