Hay mujeres que lo saben al instante y otras a las que les cuesta más reconocer los primeros síntomas. A pesar de que siempre haya pequeños indicios y cambios en nuestro cuerpo que nos indican que podríamos estar embarazadas, a lo largo de las las primeras semanas no siempre resulta sencillo determinar, sin un análisis especifico o una prueba de embarazo, si por lo que atravesamos es un sencillo desajuste hormonal o por el contrario debemos empezar a prepararnos para ampliar la familia. ¿Sabes cuáles son los indicios más comunes en estos primeros días?
Cambios y dolores en el pecho. Sin duda uno de los signos más evidentes y prematuros de que podríamos estar embarazadas es la aparición de cambios en el tamaño del pecho (no se trata de un cambio espectacular, pero si notarás que el sujetador te queda algo más ajustado de lo normal) y algunas molestias. Variaciones en el color en las aureolas, o incluso la aparición de algunas venitas, también son signos comunes que pueden darte una pista a cerca de tu posible estado.
Cansancio. ¿No haces ninguna actividad fuera de lo normal pero caes rendida en la cama al llegar la noche? Tranquila, el cansancio generalizado es una de las consecuencias de los cambios hormonales que se producen en el cuerpo durante el primer trimestre del embarazo.
Náuseas. Suena a tópico, pero lo cierto es que las 'náuseas matutinas' siguen siendo uno de los síntomas 'estrella' a la hora de detectar un posible embarazo. Eso sí, lo de matutinas es un decir: durante las primeras seis semanas, las náuseas pueden sobrevenirte a cualquier hora del día, y no suelen desaparecer hasta el segundo trimestre.
Dolor de cabeza, de espalda o calambres. Los primeros, por culpa de las hormonas. Los segundos, suelen estar ligados al embarazo en general: los músculos de la parte baja de la espalda tienden a 'distenderse' ligeramente a medida que el cuerpo va ganando peso, para equilibrar el centro de gravedad. Los calambres suelen ser parecidos a los asociados al síndrome premenstrual: significa que el útero está cambiando para adaptarse al bebé en camino.
Cambios de humor. Esta mañana te levantaste enfadada, un poco después te echaste a llorar sobre el desayuno sin motivo, y al rato volvías a estar como unas castañuelas. Tranquila, no te estás volviendo 'majareta': las hormonas se revolucionan durante las primeras semanas de gestación, y convierten nuestro estado de ánimo en una montaña rusa de emociones. Pasará.
Superolfato. No, no te has convertido en el nuevo superhéroe de la Marvel: la capacidad de percibir hasta el más mínimo mal olor es uno de los primeros signos del embarazo. ¿Hueles el cubo de la basura medio vacío desde el otro extremo de la casa? Quizá es momento de que te pases por la farmacia a por un test...
martes, 13 de julio de 2010
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