domingo, 15 de mayo de 2011

Cuidar la piel del frío

La piel se adapta al medio ambiente que la rodea y como consecuencia de los cambios bruscos de temperatura y la llegada del frío se debilita y se seca. Estas alteraciones afectan su función de barrera protectora del organismo, y llevan a un envejecimiento más acelerado. Para ello es importante mantener una rutina diaria de limpieza, hidratación y protección de la piel.

Hay tres recomendaciones fundamentales para su cuidado ante la llegada del frío:

1. Mantener la piel humectada para evitar que se reseque.

2. Evitar los geles de baño o jabones de tocador que tienen componentes químicos que pueden resecarla.

3. A pesar del descenso de la temperatura o los climas nublados, es importante seguir utilizando protector solar.

Cuando comienza a bajar la temperatura, la piel necesita de cuidados especiales para que no pierda una de sus funciones primordiales: actuar como barrera de protección del organismo.

Los principales factores asociados a la llegada del frío que afectan de forma negativa a la piel y producen alteraciones en la barrera cutánea son el frío, el viento, la humedad, los cambios bruscos de temperatura (contrastes de frío y calor) o la sequedad producida en ambientes calefaccionados.

“Todos estos factores provocan una gran deshidratación y alteraciones cutáneas que se traducen visualmente en una piel seca, descamada y fisurada, que a largo plazo lleva a un envejecimiento más acelerado de la piel y a tener una barrera hidrolipídica afectada que deja la piel más vulnerable”, afirmó María Laura Franco, directora técnica de la línea Cetaphil de laboratorios Galderma

“Un hidratante adecuado es aquel que logra mantener un equilibrio en los componentes de la piel de modo tal que se produzca la mínima pérdida de agua posible”, agregó.

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