Investigadores hallaron "evidencias sólidas" de que el ejercicio puede reducir la ansiedad en pacientes con enfermedades crónicas, como problemas cardíacos y circulatorios, fibromialgia, artritis, trastornos mentales, cáncer y enfermedad pulmonar obstructiva crónica
¿La enfermedad cardíaca u otro mal crónico le produce ansiedad? Iniciar un programa físico puede calmarle los nervios, según indicó una revisión de estudios.
La ansiedad es común en esos pacientes, aunque a menudo está subestimada o subdiagnosticada porque muchos médicos la consideran una "respuesta sin importancia a una enfermedad crónica", escribió en Archives of Internal Medicine el equipo de Matthew P. Herring, de University of Georgia. Aun así, la ansiedad puede tener un impacto negativo en el tratamiento, en parte porque los pacientes que la sufren serían menos propensos a cumplir con los pasos indicados.
Los ansiolíticos alivian el problema, pero el ejercicio es una buena opción para los que prefieren un enfoque no farmacológico. El equipo revisó la literatura médica en busca de estudios sobre los efectos del ejercicio (versus el no ejercicio) en adultos sedentarios con una enfermedad crónica.
Los participantes en los 40 estudios seleccionados tenían unos 50 años y el 59% era mujer. Los que hicieron ejercicio, lo hicieron tres veces por semana, durante 16 semanas, y 42 minutos por sesión. El ejercicio realizado varió considerablemente, pero eso no fue relevante.
La actividad física redujo los síntomas de ansiedad en un 20%, a diferencia de los grupos de control, que no realizaron ejercicio. "Aunque la mayoría de esos pacientes no tenían síntomas extremadamente altos de ansiedad al inicio del entrenamiento, esos síntomas disminuyeron igualmente", dijo Herring. La esclerosis múltiple fue la única enfermedad en la que el ejercicio redujo poco la ansiedad.
Los beneficios del ejercicio fueron similares si el programa cumplía o no con las recomendaciones para la actividad física moderada o intensa. Los programas de ejercicio que duraron entre tres y 12 semanas disminuyeron más los síntomas de ansiedad que los que duraron más de 12 semanas, mientras que las sesiones de más de 30 minutos dieron mejor resultado que las de menor duración.
Según Herring, los pacientes tendieron a cumplir mejor los programas de menor duración, "lo que reduciría aún más la ansiedad que las rutinas más prolongadas". Aunque se conoce el papel del ejercicio en el alivio de la depresión, Herring dijo que su impacto en los síntomas de la ansiedad no recibió tanta atención. El ejercicio "sería especialmente útil" en pacientes con enfermedades crónicas que prefieren los enfoques no farmacológicos contra la ansiedad, concluyó el equipo
Deporte: remedio para las enfermedades crónicas
viernes, 26 de febrero de 2010
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