domingo, 14 de febrero de 2010

Enemigos de los ojos: luminosidad ambiental, la radiación ultravioleta y el cloro

La luminosidad ambiental, la radiación ultravioleta y el cloro de las piscinas son los principales "enemigos" de los ojos. Y los tres son una constante durante este tiempo. Cómo protegerlos, aun en los días nublados


Además de la piel, que es necesario proteger con el uso de protectores solares e hidratantes, también hay que cuidar la vista. Para eso nada mejor que utilizar un buen par de anteojos, que puede complementarse con una gorrita o sombrero, aún en los días nublados.

El verano es, quizás, la estación en la cual más información se reproduce sobre cómo proteger al cuerpo de los efectos de los rayos ultravioleta. Sin embargo, es también la época del año en la que -según los propios responsables del Servicio Meteorológico Nacional-, las condiciones climáticas cambian con mayor rapidez siendo prácticamente imposible -o al menos muy difícil- pronosticar qué es lo que va a ocurrir con el clima durante todo el día.

Por eso, y aunque recientemente un estudio realizado por el equipo de la doctora Lesley E. Rhodes, del Salford Royal NHS Foundation Hospital de Manchester, Reino Unido, halló que períodos breves de exposición al sol no sólo no son perjudiciales, sino que además son recomendables pues contribuyen a la producción de vitamina D, necesaria para tener huesos y músculos sanos, lo cierto es que siempre es importante estar preparados.

Gafas homologadas, la mejor opción para evitar el daño de la radiación ultravioleta
Para eso, nada mejor que tener a mano un protector solar, una crema hidratante, una gorrita y, sobre todo, unos buenos anteojos de sol. Esto es sumamente importante. ¿Por qué? debido a que mucha gente se cuida la piel pero olvida que los ojos sufren tanto o más la radiación ultravioleta.

"Durante el verano solemos escuchar mucho sobre lo importante que es proteger la piel. Esto sin dudas es así pero lo que no se profundiza demasiado es que además hay determinados factores que son una constante durante los meses de calor, y que si no se controlan implican un riesgo para la salud ocular. Estos son la alta luminosidad ambiental, la exposición al sol y al cloro de las piscinas, las altas temperaturas y la sequedad del ambiente", sostuvo al ser consultado por Pro-Salud News el doctor Fernando Guiñazú Lemos, médico oftalmólogo, especialista en Cirugía Refractiva e integrante del Instituto Oftalmológico Guiñazú de la provincia de Mendoza.

"En particular, la exposición a los rayos solares (ultravioletas A y B) está muy vinculada con la posibilidad de sufrir quemaduras corneales o queratoconjuntivitis. Por otro lado, si pensamos en el largo plazo, también influyen en la progresión de determinadas enfermedades de la retina y la catarata", expresó el doctor Guiñazú Lemos, también secretario adjunto del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO).

"Si queremos evitar estas complicaciones lo mejor es utilizar anteojos de sol, pero siempre es importante considerar que estén homologados. Esto quiere decir que no debemos pensar en las gafas como artículos puramente estéticos sino que tenemos que fijarnos que sirvan para disminuir el deslumbramiento y frenar o amortiguar la luminosidad solar, todo ello sin afectar la apreciación de los colores y el contraste de las imágenes. Además hay que tener en cuenta que utilizar anteojos de sol que únicamente tengan los cristales de color pero que no protejan de las radiaciones ultravioletas, es más perjudicial que no usarlos", amplió el especialista y apuntó una última consideración respecto a las gafas: "Dado que la radiación no se percibe ni afecta al ojo únicamente de frente o en forma directa sino que también lo hace en forma tangencial (incluso pudiendo inducir el desarrollo de una patología conocida como pterigion y que consiste en el crecimiento anormal de tejido sobre la córnea), es fundamental que las patillas sean lo suficientemente anchas como para cubrir los laterales".

Cuidados especiales
Ya que el verano también es la estación propicia para la transmisión de enfermedades oculares, ya sean bacterianas o virósicas, hay que tomar precauciones antes de meterse a una pileta entre las cuales se destaca el uso de antiparras o gafas de natación que, incluso, pueden ser recetadas y estar graduadas.

"Por otro lado ante el desarrollo de síntomas como picazón o ardor lo ideal es no frotar los ojos ya que esto causará sólo el agravamiento de los síntomas sin producir alivio alguno. En esos casos, hay que recurrir al oftalmólogo", refirió Guiñazú.

"Finalmente -agregó el especialista- nunca deben utilizarse lentes de contacto cuando se esté en el agua, sea del mar o de la piscina, ya que éstas pueden contaminarse y causar infecciones muy graves en el ojo".

Con los niños
- Estar atentos a la aparición de síntomas de irritación o alergia.
- Utilizar anteojos de sol homologados. En caso de que "se nieguen", procurar el uso
de una gorrita. visera o sombrero.
- No olvidar valerse de estos consejos también en los días nublados.


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