Las bebidas interfieren también de manera importantísima en el sobrepeso.
Es cierto que, en lo referido al agua, sí que existe una mayor conciencia sobre su ‘eficacia’ como aliado de la silueta: no adelgaza por sí misma pero ayuda a saciar el apetito, a regular el tránsito intestinal, a facilitar el proceso de digestión, a metabolizar la grasa acumulada y a eliminar toxinas de forma muy eficaz.
En cuanto a los zumos, a pesar de su gran aporte vitamínico, resultan poco saciantes. Por ejemplo, un zumo de naranja lo obtenemos a partir de tres piezas, y llena menos que una sola pieza completa, que contiene además fibra y pulpa. Por lo tanto, en caso de querer perder peso, resultará más recomendable consumir la fruta entera.
Recuerda que los refrescos son altamente energéticos y contienen muchos azúcares. Una alternativa pueden ser su versión ‘light’ pero ¡cuidado!: son más bajos en calorías pero no quiere decir que adelgacen. Por ello, es importante la información nutricional de los envases. No podemos pensar que, por ser light, se puede tomar las cantidades que queramos. Este tipo de productos también cuentan con sus limitaciones.
Tampoco son en absoluto recomendables las bebidas alcohólicas puesto que aportan calorías vacías, esto es, gran cantidad de calorías pero de muy bajo o nulo valor nutricional.
Respecto a los lácteos, opta por los desnatados; los valores nutritivos se conservan pero su cantidad de grasa es bastante inferior.
Resultan también muy aconsejables las infusiones, generalmente digestivas y diuréticas (con lo que, como el agua, ayudan a eliminar toxinas).
Dietas, +la importancia +de las bebidas
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