La carne de conejo es un alimento muy apreciado por su sabor y propiedades nutritivas. Le contamos, una a una, las razones por las que su inclusión en la dieta puede ser recomendable:
Su carne es magra (es decir, con bajo contenido en grasa) y blanda, por lo que resulta fácil de masticar.
Es un alimento recomendado en caso de seguir dietas bajas en colesterol y su contenido en ácido úrico es menor en comparación con otras carnes rojas.
Posee importantes minerales como el potasio, el hierro, el zinc y el magnesio.
Tiene un alto contenido en vitaminas del grupo B y es rico en proteínas de alto valor biológico.
Es una carne de fácil digestibilidad y baja en calorías (alrededor de 133 kcal por cada 100 gramos), por lo que se convierte en un producto recomendado en los regímenes de adelgazamiento si se cocina de manera sencilla.
Su contenido en sodio es moderado. Así, el conejo es adecuado en caso de hipertensión arterial siempre y cuando no se exceda con la sal a la hora de condimentarlo (tampoco lo suele necesitar en exceso, ya que sus preparaciones culinarias suelen incorporar hierbas aromáticas, que ya dan mucho sabor).
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