Los glúteos son una de las partes del cuerpo que más preocupa a las mujeres, pero no siempre les prestamos la debida atención. Pueden presentar problemas diversos como acumulación de grasa, escasa masa muscular, celulitis o falta de firmeza. Si tu objetivo es mejorar su firmeza y tonificación, ten en cuenta nuestras tres ‘reglas de oro’:
El seguimiento de una dieta baja en grasas. Como casi siempre que hablamos de mantenerse en forma, la alimentación es fundamental. Cuidando un poquito las comidas, los efectos que queremos conseguir llegarán antes.
La realización de ejercicio físico. Es uno de los pilares fundamentales para mantener su musculatura en forma. En concreto, para la zona de los glúteos, resultan especialmente positivos:
Sentadillas: Éste es sin duda uno de los ejercicios más efectivos para tonificar glúteos y cuádriceps (el músculo que va de la ingle a la rodilla). De pie, con los pies ligeramente separados y las puntas hacia fuera, ve bajando el tronco, como si fueras a sentarte en una silla invisible. Baja cuanto puedas, apoyándote siempre en los talones y manteniendo los hombros hacia atrás y hacia abajo y los abdominales contraídos. Vuelve a subir lentamente hasta volver a la posición inicial.
Tijeras: De pie, con los hombros hacia arriba y hacia atrás y los abdominales contraídos, lleva una pierna hacia atrás, como si estuvieras dando una gran zancada. Es importante que el pie de detrás se apoye en la punta, con el talón levantado, y que la rodilla adelantada esté ligeramente flexionada, sin bloquear la articulación. Desde esta posición se baja lentamente hacia el suelo, flexionando las dos rodillas, sin llegar a tocar el suelo. Vuelve después lentamente hacia la posición inicial y haz ocho repeticiones antes de cambiar de pierna. ¡Es más difícil de lo que parece! No te desanimes si al principio no consigues hacer todas las repeticiones, pronto cogerás la fuerza necesaria y verás cómo, a la vez, fortaleces considerablemente los glúteos.
Elevaciones laterales: Este ejercicio fortalece no sólo los glúteos, sino también los abductores o músculos del interior del muslo, combatiendo la flacidez. De pie, con los pies ligeramente separados, los abdominales apretados y los hombros hacia atrás y hacia abajo, no tienes más que elevar una pierna lateralmente, hasta formar un ángulo de aproximadamente 30º respecto a la otra pierna, sin mover la cadera ni permitir que pierda su alineamiento. Los movimientos deben ser pequeños y seguidos, sin reposar hasta acabar las ocho repeticiones.
Si no dispones de tiempo para realizar estos ejercicios con regularidad, una buena opción es caminar a buen ritmo (apoyando bien el talón), subir escaleras o, simplemente, contraer los glúteos siempre que puedas.
La aplicación regular de tratamientos específicos, anticelulíticos y reafirmantes, con continuidad puede ayudar a mejorar el aspecto de la piel. Y un último truco: aplicar chorros de agua fría sobre la zona ayuda a tonificarla.
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