martes, 30 de agosto de 2011

Estrés bajo las sábanas...

El temor a no satisfacer las expectativas de su compañera llevó a los hombres a mantener una sexualidad en la que la ansiedad y el estrés están constantemente presentes. Pedir ayuda a tiempo, la clave para que los problemas cotidianos no invadan la intimidad

El constante exceso de libido en los hombres, su actuar casi instintivo, el estar siempre dispuestos a una relación sexual, son algunas de las creencias que marcaron la sexualidad masculina.

El estrés es uno de los factores que más influye en las relaciones sexuales, pudiendo provocar serios trastornos, generando en ciertos hombres una situación de preocupación y ansiedad, que en algunos originan las siguientes disfunciones sexuales:

Problemas de erección

Es sabido que la disfunción sexual eréctil está asociada con respuestas al estrés.

La erección es un mecanismo que se encuentra íntimamente relacionada con la psique y las emociones de la persona, de forma que cualquier alteración de éstas repercutirá en su mecanismo. Por eso es que el estrés que llega a producir cansancio, estados depresivos, conflictos de pareja, problemas familiares y laborales, puede provocar disfunción eréctil.

La disfunción es la falta de conexión entre el deseo sexual originado en la corteza cerebral, y la respuesta peniana, que responde a la liberación de estímulos a nivel medular. Las principales causas son de origen psicológico.

Son múltiples los mecanismos que deben de actuar en forma simultánea, desde el sistema nervioso simpático y parasimpático (involuntario), hasta una correcta dilatación venosa, para que los cuerpos cavernosos puedan producir la erección y el movimiento peniano.

Los estímulos sensoriales y motores son fundamentales para una normal erección.

La manutención de la musculatura intracavernosa y la actividad angiogénica (origen de vasculatura) son fundamentales para mantener el endotelio cavernoso joven.

Para que esto ocurra se necesita generar una síntesis de óxido nítrico (principal vasodilatador de nuestro cuerpo), liberado por el endotelio en forma independiente a los estímulos simpáticos y parasimpáticos.

Hay drogas que van a producir la relajación de la musculatura lisa por aumentar el oxido nítrico.

Como para toda patología se realiza una historia clínica completa, y se solicitan análisis de laboratorio. Se evalúan las consecuencias del tabaquismo, triglicéridos, colesterol, etc.

El paciente es visto desde un punto de vista global incluyendo sus hábitos de vida y la condición de estrés a la que está sometido.

En pacientes con dificultad de erección, la medicación hormonal sólo está indicada en aquellos que tienen hipogonadismo o deficiencias de hormona sexual masculina. En los pacientes con problemas vasculares es muy utilizada la fisioterapia peniana.

En la práctica vimos que la reposición hormonal con testosterona, es fundamental para lograr una erección normal.

Estrés = cero libido

La pareja, los hijos, el jefe, el desempleo, la infidelidad, la economía, el apuro, son un sinfín los factores que pueden causar que el estrés se desborde y se traduzca en una disfunción sexual como: la falta de libido.

Sabemos que no es la testosterona u hormona masculina la que produce la libido: la mediadora de la libido es la dihidrotestosterona.

Es fundamental entender que para que se produzca este mediador de la libido es necesario el zinc, pero el zinc también es utilizado en la producción del cortisol (hormona del estrés). Si estamos en situaciones de estrés crónico, el cortisol debe de aumentar y consume los depósitos de zinc, lo que lleva a la carencia de zinc para la producción de la “dihidro”. Este es uno de los mecanismos bioquímicos hasta ahora descubierto por el cual el estrés puede bajar la libido. En una palabra, la causa por la cual el estrés produce la disminución de la libido es la falta de disponibilidad del zinc, a nivel testicular.

El zinc también es fundamental para que las hormonas tiroideas actúen. Como hay mucha falta de comprensión total del problema de la libido producido por estrés, puede ocurrir que el paciente termine tratado por su cansancio y apatía con hormonas tiroideas, dado que por falta de zinc tiene un hipotiroidismo funcional y nunca llegue a ser visto desde las causas primarias de su problema: estrés.

A nivel cerebral el transmisor químico de la libido es la dopamina.

Esta sustancia también se altera en estados de estrés, pudiendo aumentar en un primer estadio pero, en caso de estrés crónico llega al agotamiento.

Médicamente la falta de dopamina se relaciona con problemas de pareja donde no hay comunicación y se buscan excusas como dolores de cabeza o cansancio, para evadir el acto sexual.

La dopamina no se produce en forma regular, se sintetiza por picos y luego es absorbida y utilizada para la síntesis de adrenalina. La adrenalina es el mediador químico de la lucha, la huida, el ataque y el miedo, situaciones que demandan el consumo de dopamina por lo que esta disminuye para otros usos, como la libido.

Si se evaluara bien a cada persona que sufre esta alteración se podría corregir desde sus orígenes, modulando la química cerebral.

En pacientes con menos de 50 años de edad la causa más importante de la alteración de la libido es el estrés, no la falta de hormonas sexuales, por lo tanto, lo primero que hay que hacer es descartar o diagnosticar el estrés.

Por otro lado, siempre que sube el cortisol a causa del estrés crónico, disminuye la serotonina, el principal equilibrador del humor y fundamental para mantener la libido. Por esta razón, en el tratamiento de la falta de libido por estrés, siempre hay que restituir la serotonina.

Como el cuerpo es una unidad en contacto con el medio ambiente, también hay que considerar que el paciente con falta de libido puede estar mal alimentado, por lo que su estomago producirá mayor cantidad de ácido clorhídrico, con o sin acidez, esto le alterara la flora bacteriana intestinal y, en una cadena de eventos, la flora intestinal se enferma. Esto altera la absorción del L-Triptofano, un mediador indispensable para la síntesis de serotonina.

El estrés y los desórdenes alimentarios producirán un círculo vicioso, que llevarán a una disminución mayor de serotonina y por lo tanto a una exacerbación del estrés y la falta de libido.

Hay fitonutrientes que pueden ser muy saludables dentro del tratamiento de la libido como el tribulus terrestre, una planta que tiene la función de aumentar la dopamina y llega a aumentar, en forma fisiológica la testosterona.



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