Dieta versus deportes

Para aquellos que quieran llevar una vida saludable y perder peso, nada mejor que mantener un equilibrio entre dieta y ejercicio.


Está comprobado que junto a una dieta basada en la reducción de calorías (bajo supervisión de un profesional de la salud), más un plan de ejercicio físico equilibrado, se produce una mayor pérdida de grasa corporal, que solamente disminuyendo la ingesta de alimentos en la dieta diaria (con la consecuente carencia en nutrientes, cuando se hace sin control).



Es igual o más importante reducir el porcentaje de grasa corporal que bajar de peso. Cuando hacemos ejercicio físico quemamos grasa, a la vez que ganamos masa muscular, moldeando poco a poco el cuerpo y mejorando la figura corporal.




No vale con apuntarse a un gimnasio. Se debe ir. No hay nada peor que tomarse la práctica habitual de ejercicio físico como un esfuerzo o sacrificio. Todo lo contrario. Debe ser un placer. Si se disfruta haciendo ejercicio, se obtienen mejores resultados y hay muchas menos probabilidades de que se abandone la actividad física elegida.



Por eso, es importante pensar qué ejercicio se adapta mejor a vuestras posibilidades, tanto de tiempo como de personalidad.


Lo ideal es combinar prácticas cardiovasculares o aeróbicas junto a ejercicios de tonificación y estiramientos (a poder ser éstos últimos a diario). Pero de eso ya hablaré más extensamente en otro post.



Subir escaleras, bailar, caminar a paso rápido, correr por el parque o la playa, etc... todo vale... (por si os da pereza apuntaros a clases dirigidas). La cuestión es "moverse".



En cuanto a la dieta, nada mejor que la mediterránea, rica en hidratos de carbono complejos (fruta, verdura, pan integral, arroz, pasta, etc..) y proteína (legumbres, pollo, pescado, huevos, leche descremada, etc..). Por otra parte, se deben reducir o eliminar los azúcares simples, la bollería y las grasas (a excepción del aceite de oliva crudo).





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