Los deportes son la sublimación de la guerra. Todos tenemos en nuestra génesis un cierto grado de agresividad, que podemos dirigir de distintas maneras. Incluso, el hacer un gol en el fútbol tiene que ver con la necesidad de ser superior al otro. Como algo evolucionamos como sociedad, ya no se busca matar al adversario, sino -por ejemplo- meter la pelota en el arco contrario", sostiene Ricardo Nievas, profesor de boxeo.
Ricardo tiene alumnos de ocho años en adelante. Él practica boxeo desde los 5 y llegó a entrenar en el gimnasio del emblemático Luna Park. Con los cimientos de esta gran experiencia, más su capacitación como técnico universitario en deportes de combate y licenciado en alto rendimiento deportivo, adaptó lo mejor de esta disciplina y creó su propia técnica, en la que transmite virtudes deportivas del box para generar tanto beneficios corporales como emocionales.
Nuestro entrevistado da clases en Bella Vista y José C. Paz y señala que muchos chicos de acuden buscando que se los entrene para que sean boxeadores exitosos y así poder ganarse la vida. También, algunos tienen la creencia de que cuantos más y mejores golpes den, más respetados van a ser en su barrio. "A ellos yo les digo que tiene mucho más valor ser un campeón de la vida que estar peleándose en la calle y, aunque parezca increíble, cuando comienzan a practicar el deporte de la manera en que yo lo enseño y van logrando cosas, trasladan ese aprendizaje a otros ámbitos. Con mucho orgullo puedo decir que tengo un alumno que llegó a mi gimnasio con la idea de ser como Monzón y ahora está por recibirse de profesor de biología", relata.
En las clases de Ricardo se mezclan personas de diversas edades, hombres y mujeres, profesionales o no y de todos los estratos económicos y sociales. Según él, es una actividad que "sociabiliza", ya que brinda la posibilidad de conocer en profundidad a los compañeros. "Si alguien en el ring es sucio, lo es en la vida y el que es cobarde también lo demuestra peleando", grafica.
Luchar sin lastimar
Nuestro entrevistado nos cuenta que una de sus técnicas como docente es la del "gatito". Consiste en tratar de tocar al adversario con los guantes, pero sin lastimarlo. El nombre viene de las enseñanzas de su padre, que desde muy chico le inculcó la pasión por el box. "Un gatito sólo saca las uñas cuando lo están agrediendo. Si no, las oculta y juega con sus hermanitos, sin hacerles daño".
Ricardo reconoce que esto puede sonar gracioso para alguien que pretender ser un boxeador profesional, pero advierte que para un principiante es muy difícil siquiera tocar al oponente cuando éste tiene un buen entrenamiento. Asimismo, asegura que no es necesario dar golpes fuertes para sudar, divertirse y hacer muchísimo ejercicio.
"Yo busco el autocontrol de cada uno de mis alumnos y si se golpean, que no se lastimen. Cuando llega una persona nueva a la clase y trata de pegarle al otro y no lo consigue, su oponente -en lugar de aprovecharse de eso- no lo lastima, sino que simplemente le muestra sus habilidades. Entonces, el recién incorporado al grupo se siente bienvenido. El viejo recibe al nuevo y se divierte enseñando y practicando cómo defenderse", explica el profesor.
También señala que muchas veces, la gente que se acerca a su clase por primera vez dice: "vengo a mirar" porque fueron a practicar boxeo a otros lados y los "reventaron a piñas" con la filosofía implícita de que si te pegan y seguís, sos bueno. Sin embargo, él invita a participar a todos desde el primer momento, con la garantía de que nadie va a salir lastimado.
"Es muy difícil lesionarse con este método. Para los boxeadores profesionales esto les parece de 'maricones'", pero yo logro que mis alumnos sean mucho más técnicos en vez de que utilicen la fuerza bruta".
Descarga de adrenalina
Con respecto a las virtudes de esta práctica para la descarga emocional, Ricardo señala por qué se produce esto. "En un partido de vóley o de fútbol –por ejemplo- son muchas las personas involucradas. En cambio, en el ring, el estar mano a mano con la otra persona, te genera un adrenalina que sólo se da en los deportes de combate".
Por su parte, Pablo Nachtigall, psicólogo consultado por Infobae.com, considera que el boxeo es muy efectivo para descargar tensiones, ya que se estimula a la persona que lo practica a que "saque todo el caudal de rabia que viene reprimiendo, por ejemplo, pegándole a la bolsa o al punchingball".
Asimismo, sostiene que es por eso que cuando alguien termina una clase de boxeo suele decir que se siente "mucho más liviana, relajada y despejada". Según el especialista, la descarga emocional es un concepto vital para aplicar en los tratamientos psicoterapéuticos donde el paciente trae un caudal de energía reprimida, que al no expresarse adecuadamente, genera focos de síntomas psicosomáticos, depresiones y ataques de pánico, entre otras cosas.
Asimismo, Nachtigall señala que algunas personas deciden practicar boxeo para aprender a defenderse, entrenarse y soltar su aspecto "guerrero" de una forma más sana y controlada. En estos casos "bajo el tutelaje de un buen profesor, son personas más maduras que entienden que este deporte las puede ayudar a ser más vitales, sueltas y confiadas, lo cual trae beneficios tanto para ellos como para quienes los rodean", sostiene el experto.
La vida es un ring
"En estos momentos de tanta tensión social urbana, el boxeo constituye una posibilidad de manifestar nuestro 'lado salvaje' de manera controlada y focalizada. Todos tenemos cierto reservorio de rabia acumulada y contenida por las pequeñas o grandes frustraciones de la vida: problemas familiares, conflictos laborales, dificultades diarias para lidiar con las exigencias de la vida diaria. Todo eso va creando una olla a presión que si no es atendida debidamente, puede generar un cuadro de enfermedades psicosomáticas o conductas violentas en nosotros. Por ende, el boxeo, bien dirigido, se constituye en una muy buena herramienta de descarga y limpieza emocional", sostiene el psicólogo consultado.
Por su parte, el experimentado profesor Ricardo Nievas cree que cuando se está en el ring, se emulan los problemas de la vida. "En un momento en que el otro te supera y te caen las piñas, es muy difícil mantener la calma. Sin embargo, vos tenés que buscar la paz en el combate para encontrar la solución". "Lo mismo pasa con la vida", concluye.
Boxeo para descargar tensiones
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